Sobre Ricardo Chin
Antes de su despertar personal, el asesor espiritual y autor Richardo Chin se cuestionaba constantemente el significado de todo. Desde joven, se enfrentó a problemas y dificultades que le hicieron cuestionarse el sentido de la existencia y el lugar que ocupaba en ella. Y, a medida que crecía, veía en todas partes infinidad de sufrimiento, oscuridad y dolor en el mundo. Se sentía deprimido y desconectado, tanto de sí mismo como de los demás, y se seguía preguntando «¿qué sentido tiene la vida?», «¿quién soy?» y «¿por qué estoy aquí?».
Está bien que mi vida resulte tal y como va a resultar, porque es parte del camino.
La madre soltera de Ricardo se ocupó de su familia lo mejor que pudo, pero el centro urbano de Londres podía ser un lugar violento para crecer. Cuando terminó el instituto, Ricardo temía por su seguridad personal y empezó a llevar un hacha para protegerse de sus enemigos, una decisión que le llevó a perder su plaza en un curso de formación para jóvenes para ser electricista. Entonces, se alistó en los comandos de los Marines Reales, con dos objetivos en mente. El primero, encontrar su identidad en el ejército; el segundo, matar a gente para infligir su propia forma de sufrimiento en el mundo.
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Aún tenía que darse cuenta pero, al alistarse en los comandos de los Marines Reales, Ricardo aceptó inconscientemente el desafío de embarcarse en la aventura más antigua de todas: la travesía del héroe. Aunque no fue el servicio militar en sí el que propició la profunda transformación de su mente y alma, fue el catalizador para que ocurriera. Tras completar la formación de 30 semanas en los Marines Reales en 2002, Ricardo fue destinado al desierto kuwaití, para participar en la guerra de Irak. También lo destinaron a Irlanda del Norte, y más tarde a Afganistán, donde fue herido en combate. Durante la operación para tratar la herida provocada por la bala que le había atravesado el hombro, Ricardo se negó a tomar medicamentos para aliviar el dolor por ganar una apuesta con un compañero de los Marines, que consistía en ver quién «mostraba menos emociones por su muerte o heridas».
En este libro pocas veces digo mi nombre, porque solamente es un nombre. Desde luego, no tiene nada que ver con quién soy de verdad.
Al dejar el ejército en 2012, una vez recuperado de la herida de bala, Ricardo empezó a trabajar en protección personal en el Irak de posguerra. No obstante, las mismas inseguridades se fueron con él. A pesar de los uniformes que había llevado, de la camaradería que había encontrado y de las labores que había llevado a cabo, apenas se había acercado a la verdad y al propósito que tan desesperadamente ansiaba encontrar. En 2019, visitó Sudamérica para aprender la sabiduría de las tribus antiguas. Al descubrir multitud de plantas medicinales tradicionales, empezó su viaje interno, guiado por chamanes y por una emergente conciencia de sí mismo. Esto comenzaría a ser evidente en 2022 cuando, mientras estaba sentado en un vehículo blindado de protección B6 en Irak leyendo A New Earth de Eckart Tolle, vivió una «intervención espiritual». Al aprender lecciones sobre el amor, la muerte, la identidad y el sentido de la vida, Ricardo pudo ver nuestra existencia desde una perspectiva radicalmente diferente y más profunda, una que le daba valor a todas las experiencias, incluso a aquellas consideradas malas, negativas o no deseadas.
Más sobre mi nuevo libro
Unas palabras de un completo don nadie es el registro del inspirador viaje de un hombre desde la inconsciencia hasta el despertar, con lecciones profundas para toda la humanidad.