Chin Up – My Blog

The Universe

La verdad del universo o Dios, como lo he vivido yo, es que ambos son una única y misma cosa… la vida de la que todos formamos parte. No hay separación… no hay un «yo» ni un «tú». Todo es parte de una ecuación inconcebible y existencial que el cerebro humano no llega a comprender. Podría hacer algo como Ricardo Chin que luego afectase a las vidas de las personas más cercanas a mí, provocando un efecto dominó que tocase las vidas de las personas más cercanas a ellas, y que conitnuase a través de la interconexión de la existencia… y todo ello, intencionadamente. Todos damos a los demás las experiencias necesarias para nuestra evolución aparentemente individual, que luego pasa por la conexión de la humanidad y el resto de energías asociadas a ella, provocando la evolución de la conciencia universal. 

He tenido experiencias en mi vida que me han hecho sentir negativo, no querido, solo y con una profunda sensación de desesperanza, como imagino que nos ha pasado a muchos. Me he dado cuenta de que, en esos momentos, a menudo me hacía la pregunta equivocada: ¿qué sentido tiene la vida? La pregunta que debía estar formulando en su lugar era: ¿quién voy a ser en esta situación y de dónde viene ese sentido de ser? El universo siempre se está comunicando con nosotros, ya sea a través de situaciones, sentimientos u otra persona, y cuando me tomé mi tiempo para parar y estar presente, por fin pude verlo.

Nunca intentaré contarle a nadie cuál es la verdad del universo, pero sí que quiero compartir la que sé que es mi verdad. Soy mucho más de lo que jamás podré llegar a transmitir en este texto de mi blog, pero lo voy a intentar. Estoy en el universo, y soy del universo, por lo tanto soy una expresión del universo, y quizás la explicación más adecuada que puedo ofrecer es que soy amor.

¿Cómo lo sé? Pues bien, pensemos en las personas con las que he podido conectar de verdad, ya sea una pareja romántica, un familiar o un amigo. Lo que ocurre es que alguien llega a mi vida; hay una reunión, una presentación y luego quizás cada vez que vea a esta persona, hay una sonrisa, una risa y un sentimiento común de afecto entre nosotros que empieza a crecer. Antes de darme cuenta, me empiezo a sentir seguro en presencia de esa persona y, cuando me siento seguro, me permito ser vulnerable y, al hacerlo, empiezo a desprenderme de las capas de coraza que normalmente llevo al interactuar con el mundo en general. 

Por coraza me refiero a la falta de autenticidad, a mantener alejadas a las personas, a ponerme a la defensiva, etc., y, cuanto más tiempo paso con esta persona, más capas de protección aparente se disuelven. Una vez que todas esas capas han desaparecido, lo único que queda es quién soy de verdad: amor. Ahí es cuando le digo a esa persona: «Te quiero», cuando lo que quiero decir es: «Eh, soy amor, ¿te lo muestro?». Esto me ha ayudado a entender el antiguo dicho: «En presencia de un amigo verdadero, te enamoras cada vez más de ti mismo».

A pesar de mis intentos de expresar los atisbos de verdadero amor que he tenido, no puedo explicarlo y hacerle justicia. Podría hablar todos los idiomas del mundo y seguiría siendo incapaz de explicarlo con palabras. Es un sentimiento que debe experimentarse y sentirse; un sentimiento que elimina el miedo, la soledad, la separación y el resto de ilusiones de uno mismo. 

Y cando no podemos conectar de verdad con otras personas, entonces sé que se debe a que no nos sentimos lo suficientemente seguros como para ser vulnerables y desprendernos de las capas para exponer nuestra verdadera esencia. En el fondo, sé que soy amor, una extensión del universo y de lo que quiere expresar, y solo puedo imaginarme el amor incalculable que es el universo/Dios.

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